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viernes, 10 de junio de 2011

DE LAS DISTINTAS CLASES DE FILOSOFÍA, David Hume

Seminario Mayor Filosofado San Agustín
Materia: Seminario de autores modernos
Profesor: Carlos Agudelo
Estudiante: Walter Albrecht

DE LAS DISTINTAS CLASES DE FILOSOFÍA
David Hume

La filosofía moral o ciencia de la naturaleza humana puede tratarse de dos maneras.

  1. La primera clase  filosofía y de filósofos considera al ser humano como hecho para la acción e influenciado en su actuar por el gusto y el sentimiento, persiguiendo o evitando un objeto según el valor que estos parecen poseer y según el modo en que se presentan. Estos filósofos consideran la virtud como lo más valioso y por eso nos atraen a ella con visiones de gloria y felicidad.

  1. La segunda clase toma al hombre como un ser racional, e intenta formar su entendimiento más que cultivar su conducta. Buscan la aprobación de los doctos y de los sabios, no de gente común, sus especulaciones  pueden ser abstractas, y buscan alcanzar los principios primordiales

De estas dos la primera es la que disfruta de mayor aprobación y fama popular, pues es una filosofía fácil y asequible, aparentemente más útil, pues tiene mayor papel en la vida cotidiana, moldea el corazón y los sentimientos y busca reformar la conducta del hombre, a diferencia de la segunda que aparece como precisa y abstracta.

El problema es que la mayoría de la gente no solo prefiere la filosofía fácil a l abstracta y profunda, sino que además la desprecia y censura, llegando a rechazar todo razonamiento profundo o metafísica.

Sin embargo la filosofía rigurosa y abstracta tiene sus ventajas. En primer lugar es de utilidad para la filosofía fácil y humana, pues la precisión es siempre ventajosa para la belleza, y el razonamiento riguroso para el sentimiento refinado, además el afán de exactitud acerca en todo oficio y profesión a su perfección y los hace más beneficiosos para los intereses de la sociedad. Otra ventaja es la satisfacción de una curiosidad inocente.

Pero esta filosofía es criticada por su oscuridad, por ser penosa y fatigosa y como fuente inevitable de error e incertidumbre, no es propiamente ciencia y esta mezclado con las supersticiones populares.

Para poder superar estas dificultades se debe investigar seriamente la naturaleza del entendimiento humano y mostrar por medio de un análisis exacto de sus poderes y capacidad, por ende, de sus limites. Sabiendo esto se puede rechazar la rama más incierta del saber que va más allá de las posibilidades de la mente. Hay que descubrir como funciona la mente y sus operaciones, aunque este estudio sea difícil y de carácter abstracto.

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